07 diciembre 2010

NADIE SABE LO QUE TIENE... por Mariana Justo

California, Estados Unidos de América. Una hermosa y soleada manãna como qualquier otra, excepto que un tercio de sus habitantes haya desaparecido. Una extraña niebla rosa envuelve el estado y toda comunicación con el exterior se interrumpió. Conforme el día pasa, la característica que une a los casí 15 milliones de desaparecidos es descubierta: todos ellos tienen procedencia hispana.
Los conflictos - económicos, políticos y sociales - que se producen por la ausencia de los latinos se mezclan con la realidad de los personajes y su trayectoria a lo largo de Un día sin mexicanos. Surgen varias hipótesis que podrían explicar la desaparición de los latinos en la película; la verdadera respuesta, sin embargo, no es esclarecida. Eso es porque el foco de la película es, de hecho, otro: ¿qué le sucedería a los estadunidenses sin los que hacen todo el trabajo duro?
Un día sin mexicanos es realmente interesante por ser satírico, cómico y sobre todo porque, por detrás del humor, hay una crítica firme y importante: como el prejuicio de muchos estadunidenses les impide de ver la magnitud de la obra de los latinos. La película gira en torno a la familiar y, quizás, adecuada expresión: nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
Puedo decir, sin duda, que a mi me gustó la película. Ella trae una fuerma nueva y póco común de hacer un vistazo a una "verdade incómoda", y su humor sutil en varias escenas, como la de los dientes de Roberto y la de la policia de fronteras celebrando el retorno de los inmigrantes ilegales, crea un tono ligero y chistoso que asegura buenos 95 minutos de diversión.

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